Mi archivo sonoro inmaterial

 Bailo todos los días de la semana, cinco horas al día. Esta grabación la he realizado esta mañana en mi clase de ballet clásico. Se oye a mi profesor marcando el ejercicio, contando del uno al ocho y con las denominaciones en francés. No son sonidos con mucho volumen. Para mí son sonidos completamente naturales, de hecho, a veces cuando ando por la calle y sin darme cuenta estoy caminando con ritmos por frases de ocho musicales. Una vez el profesor ha marcado el ejercicio, empieza a sonar el piano; una versión a dos por cuatro de "Isn't She Lovely". También se oye el ruido que hace la barra, donde los bailarines nos apoyamos para hacer los primeros ejercicios. La concentración ha de ser total; todo el cuerpo en perfecta colocación, los movimientos coordinados con la música, la combinación, aplicar las correcciones sobre la marcha... y todo ello en perfecta armonía. Sólo con escucharlo puedo sentir la gota de sudor cayendo por mi frente, la tensión en los abductores y la presión de la mirada del profesor. Pero quiero seguir escuchándolos por mucho tiempo. No me cansaré de escuchar plié y relevé o tombé pas de bouré, o cientos de adagios o petit allegros al día. Ojalá pueda seguir escuchándolos cada día, disfrutando cada momento de mi carrera y futuro como bailarina. 


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